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Cuando el plan de Dios es distinto al tuyo

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Imagen de  one_life  en  Pixabay   Hoy es el día de las madres en nuestro país, muchos tenemos la dicha y bendición de tenerla aún con nosotros, otros lamentablemente la visitarán en su corazón y sus recuerdos.  Es muy cierto que estamos inmensamente agradecidos de Dios, los privilegiados que aún a pesar del distanciamiento social podremos llamar a nuestra madre o felicitarla en persona guardando todas las precauciones debidas. Pero hoy quiero hablarles de la otra cara del Día de las Madres.  Tristemente, también es un día en que muchas quisiéramos celebrar como madres, no obstante, esto no ha sido posible. Por eso es un día en cierta forma agridulce, porque para muchas mujeres como yo, es un recordatorio de un año más con los brazos o el vientre vacío. Esto aplica no sólo para las mujeres que no han podido concebir, como es mi caso, sino para aquellas que lo han logrado, pero ha perdido sus bebés.  La infertilidad es un tema del que pocos quieren hablar, y sin embargo, como me comenta

Uno cosecha lo que siembra

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Imagen de  Дарья Яковлева  en  Pixabay   Esto va más allá de un simple refrán, es una frase con mucho peso, pues si lo analizamos, se trata del impacto que pueden tener nuestras acciones en nuestra vida y en la de los demás. Si siembras odio, amargura o cualquier otro sentimiento negativo, no puedes esperar que te respondan con amor, alegría o dulzura. Recuerdo una antigua jefa, a quien guardo mucho cariño y respeto, que me decía: Se consigue más con miel que con vinagre . Entiendo que esa filosofía va muy en consonancia con el título de este artículo, y lo he adoptado desde hace muchos años como parte de mi estilo de relaciones interpersonales. Cualquier situación, por más difícil que parezca, la podremos manejar mejor si la abordamos de forma amable, respetuosa, aplicando la escucha activa y nuestra inteligencia emocional.  Vivimos tiempos difíciles, donde la gente anda muy reactiva y a veces hasta agresiva, así que en ese terreno árido tenemos la misión de sembrar amor, comprensión,

La nueva normalidad

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Imagen de  Martyn Cook  en  Pixabay   Esto de la nueva normalidad se ha convertido en parte de nuestro vocabulario adquirido durante el Covid-19. Adicionalmente a llevar protocolos de higiene más estrictos, retomar nuestras actividades utilizando mascarillas y manteniendo el distanciamiento social, me gustaría que parte de esa nueva normalidad incluya más respeto a las normas y al prójimo, mayor conciencia y responsabilidad sobre nuestros actos y el impacto que esto trae a las demás personas, más empatía y solidaridad, menos egoísmo. Que procuremos menos tener y más ser. Que esta gran prueba que ha recibido la humanidad nos ayude a abrir los ojos y entender que la antigua normalidad tenía muchas oportunidades de mejora y que las cosas pasan por alguna razón, aunque en el momento nos cueste mucho entenderlo.  Tomemos esta oportunidad como una especie de renacer de la humanidad para ser mejores. No volvamos al desorden, irrespeto y desenfreno de la anterior normalidad. Vamos a quedarnos

Lecciones recibidas durante la pandemia del Covid-19

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Image by  Alexandra_Koch  from  Pixabay   Desde finales del año pasado el mundo cambió de forma inesperada, y probablemente para siempre, cuando un enemigo silente invadió el mundo a una velocidad vertiginosa, dejando a su paso enfermedad, muerte, soledad, pobreza, entre otros flagelos. El Covid-19 arrodilló al mundo entero, desde la potencia más poderosa y desarrollada, hasta los países subdesarrollados. Esta pandemia no estableció diferencias de raza, creencias religiosas, nivel social o económico, u otros aspectos. Con la pandemia vino la consigna del distanciamiento social, como una de las medidas para frenar o prevenir los contagios de esta enfermedad, y esto ha traido consigo que estemos alejados de nuestras familias, amigos, compañeros de trabajo. Muchas actividades que eran cotidianas y normales, como asistir a nuestros lugares de trabajo, almorzar los fines de semana con nuestra familia, visitar un restaurant o una plaza comercial, se vieron de repente eliminados, sin que estu