Vivir con alegría no tiene edad
La semana pasada, mientras esperaba mi turno en el salón de belleza, llegó una clienta. Era una señora de un poco más de 90 años. Lo que más me sorprendió de ella fue su independencia, su lucidez y sus ganas de vivir. Todo esto podría ser la envidia de muchos jóvenes de 20 o 30 años, que viven como zombies, con actitud apagada y sombría. Al observar esta escena entendí que las ganas de vivir y la alegría no tienen edad, y que solo desaparecen cuando nuestro cuerpo deja el plano terrenal. Lo que incrementó mi sorpresa fue cuando supe que esta señora tan mayor y de aspecto frágil era sobreviviente de unos 6 u 8 tipos de cáncer que habían atacado distintos órganos. No obstante a esto, con su actitud positiva y energía, logró sobreponerse a todo esto exitosamente. Son casos como estos los que nos hacen reflexionar cuando nos sentimos abatidos por cualquier problema, y muchas veces por trivialidades o cosas sencillas que tienen solución. Si padecer cáncer en repetidas ocasiones no pudo d