El acierto a equivocarse
Queridos amigos, les comparto esta interesante lectura que
recibí de una amiga, hace unos meses atrás, donde podemos sacar algunas enseñanzas para
aplicarlas en nuestro plano profesional y personal. Espero que les sea de mucha utilidad.
Por Germán Retana, Ph.D. y profesor pleno de INCAE
Business School.
Autor: Germán Retana
"El
negligente no aprende de sus errores, el inteligente sí lo hace, pero el sabio aprende de los errores ajenos".
Este popular refrán se vuelve muy real al concluir o iniciar un período de
trabajo, proyecto y relación personal. Pasar a una nueva etapa sin rescatar
lecciones de la anterior es una condena a repetir los mismos errores.
¿Por qué hay
organizaciones y personas que fracasan reiteradamente en la misma forma?
¿Será porque son
incapaces de aprender de su pasado y romper círculos viciosos? Confucio lo advirtió así: "El que ha cometido un error y no lo corrige, comete otro aún
mayor".Con respecto a este hecho, hay cuatro preguntas que todo
equipo podría hacerse cada semana, tal como algunos padres de familia
acostumbran hacerlo con sus hijos:
Primera:¿Qué
hicimos?
Su intención es recordar lo realizado y tomar
conciencia del destino dado al esfuerzo, los recursos y el tiempo en los
últimos siete días. No se trata de evaluar sino de verificar hechos y resultados comparados con las metas que se tenían para
el período.
Segunda: ¿Cómo lo
hicimos?
Valorar lo que se hizo bien o mal, ofrecerá una
dosis de realismo y sensatez que será la base para mejorar. Marcar la línea entre lo positivo y lo
negativo, dice mucho sobre el nivel de calidad que el equipo se exige a sí
mismo. Los aspectos favorables incrementarán la confianza para procurar
logros mayores, pero cuando existe la tendencia de ocultar los desfavorables,
es porque la soberbia se impone sobre el temor de aprender de ellos.
Tercera:¿Qué aprendimos
de nuestro desempeño, de los aciertos y errores?
Esta es la pregunta que demanda mayor transparencia
y atención, porque de su respuesta
depende tanto el crecimiento del equipo, como su determinación para dejar de
persistir en los mismos errores o estancarse en logros fáciles. En este
momento deben surgir los verdaderos líderes, catalizando lecciones, elevando el
nivel de análisis y provocando la confianza del equipo hacia el futuro. Las lecciones son victorias, sin importar si
nacieron de éxitos o de derrotas.
Finalmente, la pregunta
esencial: ¿Cómo aplicaremos lo aprendido?
La disposición de resolver errores, disuelve los
temores; la determinación para superar los logros, disuelve el conformismo y la
rutina. Volver a la acción no exime al equipo de equivocarse otra vez, pero al
menos hará cierto otro conocido refrán: "¿Para
qué incurrir en los mismos errores habiendo tantos nuevos e interesantes por
cometer?"
Convertir las lecciones en acciones dinamiza, reta
y compromete a quienes están dispuestos a equivocarse al intentar mejorar y
desean ampliar su sabiduría, porque como R. Tagore advierte: "Si cerramos las puertas a todos los
errores, también la verdad quedará afuera."
Hola!! :)
ResponderEliminarPaso para decirte que me gustó mucho tu blog así que comencé a seguirte!!
Yo estoy recién comenzando con el mío y el tuyo me dio mucha inspiración! Gracias!
Si lo deseas, visita el mío!
http://buscandominoseque.blogspot.com/
Excelente artículo, encuentro tu blog muy interesante..... Leerte me dado ánimos a retomar el mío.
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