La riqueza es una cualidad del Ser, no del bolsillo


Existen muchas clases de riquezas. Si tomáramos la decisión de enumerarlas la lista sería muy larga, pero quien es rico por el dinero y no está preparado para ello, se incluye en la más baja de esas riquezas. Para ilustrar este comentario, he aquí una bella historia:



Alejandro Magno conoció a Diógenes, un mendigo que sólo poseía una lámpara y la mantenía encendida día y noche. Desde luego, actuaba de una forma muy extraña, y Alejandro le preguntó: ¿por qué tienes la lámpara encendida durante el día?


Diógenes alzó la lámpara, miró a Alejandro a la cara y le dijo: Busco al hombre auténtico de día y de noche, pero no lo encuentro.


Alejandro se quedó asombrado al ver que un simple mendigo le decía semejante cosa a él, nada más y nada menos que al conquistador del mundo, pero también comprendió la belleza de la sinceridad de Diógenes. Sus ojos reflejaban un brillo de credibilidad y sus palabras poseían autoridad y seguridad.


Su presencia era tan impresionante y a la vez tan tranquila que aunque Alejandro se sintió insultado no pudo reaccionar. La presencia de aquel hombre era tan imponente que el propio Alejandro parecía un mendigo a su lado. En su diario escribió lo siguiente:



He notado por primera vez en mi vida que la riqueza no tiene nada que ver con el dinero. He conocido a un hombre rico.


¿Cómo podemos definir la riqueza?



- Es lo que hay en ti de auténtico, de verdadero, de sincero, de capacidad para prodigar amor a los demás.


- Es lo que hay en ti de creativo.


- Es cuando te importa más dar que recibir, por aquello que el da multiplica.


- Es cuando comprendes que amándote es como aprendes a amar a los demás.


- Es cuando meditas y descubres tus poderosas fuerzas internas.



Finalmente, si tienes el amor de tu familia y amigos, gozas de buena salud y tus cinco sentidos te permiten apreciar de las bellezas que la vida nos ofrece, considérate afortunado, pues no todo el mundo puede decir lo mismo. Los otros tipos de riqueza vendrán por añadidura, y si ya sabes apreciar lo que tienes en este momento, estarás mentalmente preparado para recibirlas y disfrutarlas.

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